Aliarse con la comunicación no sólo genera oportunidades profesionales sino que permite establecer elementos de cercanía entre las personas.
La mayoría de las ocasiones en las que nos exponemos a hablar en público están limitadas por el tiempo, ya sean reuniones de trabajo, intervenciones o incluso las clases que se imparten en las universidades.
Podemos ver ejemplos a diario en los medios de comunicación. Hablar en exceso puede resultar un derroche de recursos. Por lo contrario, hablar poco puede resultar no alcanzar los objetivos comunicativos.